martes, 28 de agosto de 2012

IMPLANTE COCLEAR

El implante coclear es un producto sanitario implantable activo de alta tecnología que consiste en un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo. Estas señales son procesadas mediante las diferentes partes que forman el implante coclear, algunas de las cuales se colocan en el interior del cráneo y otras en el exterior.

Definición

El implante coclear es un producto sanitario implantable activo, de alta tecnología y precisión, encaminado a restablecer la audición de aquellas personas que padezcan una sordera causada por la destrucción de las células ciliadas de la cóclea, estimulando directamente las células ganglionares (nervio auditivo) mediante señales eléctricas encargadas de transmitir la información codificada al cerebro. Hay que recordar que, al ser una prótesis, no cura definitivamente la sordera.
El oído humano es un sistema de órganos que, en su conjunto, tiene la misión captar, codificar y transferir al cerebro la información sonora que emana de la naturaleza. El sistema auditivo está formado por la unión de tres partes diferentes especializadas: el oído externo, el oído medio y el oído interno. Es en este último donde se coloca el implante coclear.
La disfunción auditiva origina diferentes escalas de hipoacusias, desde la sordera leve a la total (Cofosis). Cada uno de los tres elementos que integra el sistema auditivo realiza una función especializada; si una de las tres partes falla, las partes sanas dejarían de cumplir con su función. El objetivo del implante coclear es reemplazar la función de la cócleadañada, situada en el oído interno, estimulando mediante señales eléctricas directamente el nervio auditivo. Al estimular directamente la cóclea, se vuelven inservibles los componentes del oído externo y medio, siendo estos sustituidos por los componentes externos del implante coclear.

Composición del implante coclear

El dispositivo se compone de dos partes: una interna, que se coloca dentro del cráneo del paciente, y una externa, ubicada fuera de él:
Cochlear implant2.jpg
  • Parte interna: Es la parte que requiere cirugía con anestesia general o, en casos excepcionales, con anestesia local potente. Durante la operación, se colocará el dispositivo transductor con un imán posicionador, haciendo previamente un hueco en el hueso temporal mediante fresado. Del transductor salen dos hilos: el hilo de masa, alojado en interior del músculo temporal, y un segundo hilo con un juego de electrodos —más uno o dos electrodos de referencia según el modelo— que será introducido, previa apertura de la ventana oval, en la rampa timpánica de la cóclea.
  • Parte externa: Es la parte donde se procesa el sonido y que transmite información codificada del sonido ambiental recogido a la parte interna. La parte externa se coloca un mes después de la operación y consta de dos partes claramente diferenciadas:
    • Procesador de sonidos: Capta la información sonora del ambiente a través del micrófono y la envía al microprocesador, que es el encargado de seleccionar los sonidos útiles y de codificar la información sonora, para posteriormente enviársela a la bobina. Hoy en día se prefieren procesadores de diseño retroauricular, más cómodo de llevar que el procesador en forma de petaca.
    • Bobina: La bobina contiene un imán que, por efecto del campo magnético, la mantiene unida a la parte interna. Esta colabora recogiendo la información codificada del microprocesador y transmitiéndola al transductor por radiofrecuencia que, a su vez, estimulará el nervio auditivo.

¿Quiénes pueden beneficiarse del implante coclear?

Existe un riguroso protocolo de selección de candidatos a un implante coclear, consensuado entre todos los médicos implantadores. Debido a su elevado coste, ni el dispositivo ni la rehabilitación logopédica se universalizan a todas las personas con deficiencias auditivas. Para ser candidato a un implante, hay que cumplir con una serie de requisitos ineludibles:
  1. Padecer de sordera total o profunda con un grado de comprensión pobre y que todas las tecnologías de primer orden, como los audífonos, hayan fracasado.
  2. Se aplica a niños con hipoacusia grave o sordos menores de 5 años por su plasticidad neural. También se aplica a adultos con lenguaje oral funcional o que tengan memoria auditiva por haber oído antes con audífonos.
  3. Está contraindicado en niños sordos que convivan con padres sordos signantes, con contadas excepciones a criterio médico.
  4. Personas enfermas y a las que no se pueda someter a anestesia general.
  5. No se implantan a candidatos que no estén vacunados contra la meningitis (Mencevax C).
En algunos países, el coste del implante coclear se financia a través de la Seguridad Social, así como la intervención quirúrgica y el posterior tratamiento rehabilitador. Entre esos países está España, que cubre gratuitamente la colocación del implante y el primer procesador, pero no financia los sucesivos gastos de mantenimiento o de sustitución del procesador por uno nuevo, que corren a cargo del usuario. Las asociaciones de implantados cocleares de España intentan conseguir que la Seguridad Social cubra totalmente no solo la colocación y puesta en marcha del primer procesador sino también el futuro mantenimiento.

Fiabilidad del implante coclear

Los fabricantes aseguran que la parte interna es muy fiable, que está diseñada para que dure toda la vida del individuo implantado, y que además soporta futuras actualizaciones del procesador. El número de fallos técnicos es actualmente muy reducido en relación al número total de implantados, pasando de ser raras a muy raras las averías internas en los implantes cocleares modernos. En algunos casos se han retirado implantes debido a motivos médicos ajenos al funcionamiento del transductor, como el rechazo inmunológico a determinados componentes.
Hay que reseñar que todos los implantados deben llevar a cabo una rehabilitación logopédica inicial, cuya duración dependerá de cada persona. En cualquier caso, la parte externa del implante coclear precisa de un mantenimiento regular (por ejemplo, el de la bobina) que, en países como España, se financia parcialmente a través de la Seguridad Social por el procedimiento de retorno de gastos.


Wikipedia



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